Photography is, for me, a form of visual thinking. Through the camera, I seek to pause the moment when something vibrates — a light, a minimal gesture, a shadow — and turn it into a space for contemplation, where each viewer can project their own perception, emotion, or memory. My work focuses on what often goes unnoticed: what the eye senses before it understands, what remains after the moment has passed. I am interested in the relationship between stillness and movement, the trace left by time, the connection between body and environment, and the tension between presence and absence. I work from silent observation. I seek to create images that breathe, where light and environment are in dialogue. I use black and white as my main language for its ability to strip away and focus the gaze, though I also incorporate color when the atmosphere asks for it. Born in Montevideo (Uruguay), my life and vision have taken shape between the city and the periphery of Buenos Aires. That transition — from the urban environment to quieter and more open spaces — defines my way of seeing: a constant search for air, light, and balance. My practice arises from an intimate relationship with space — urban or natural — and with human presence in its most subtle forms: gestures, traces, rituals. Each image is born from patient observation and seeks to open a threshold between what is visible and what is barely perceived, creating an atmosphere that invites the viewer to look more slowly. La fotografía es, para mí, una forma de pensamiento visual. A través de la cámara busco detener el instante en el que algo vibra — una luz, un gesto mínimo, una sombra — y convertirlo en un espacio de contemplación, para que cada observador pueda proyectar su propia percepción, su estado emocional o su recuerdo. Mi trabajo se centra en lo que suele pasar desapercibido: lo que el ojo intuye antes de comprender, lo que queda después de que el momento pasa. Me interesa la relación entre quietud y movimiento, la huella que deja el tiempo, la conexión entre cuerpo y entorno y la tensión entre presencia y ausencia. Trabajo desde la observación silenciosa. Busco crear imágenes que respiren, donde la luz y el entorno dialoguen. Utilizo el blanco y negro como lenguaje principal por su capacidad de despojar y concentrar la mirada, aunque también incorporo el color cuando la atmósfera lo pide. Nacido en Montevideo (Uruguay), mi vida y mi mirada se construyeron entre la ciudad y la periferia de Buenos Aires. Esa transición, del entorno urbano hacia espacios más silenciosos y abiertos, define mi forma de mirar: una búsqueda constante de aire, luz y equilibrio. Mi práctica surge de la relación íntima con el espacio —urbano o natural— y con la presencia humana en su dimensión más sutil: gestos, rastros, rituales. Cada imagen nace de esa observación paciente y busca abrir un umbral entre lo visible y lo que apenas se percibe, creando una atmósfera que invite a mirar más despacio.